Impugnar un testamento. ¿Se puede impugnar una herencia?

Cuando hablamos de impugnar un testamento hacemos referencia a la solicitud de su nulidad. Generalmente, porque no se ha llevado a cabo siguiendo los trámites reglamentados o por considerarse injusto o ilegal. Una decisión controvertida y, salvo casos excepcionales, difícil de llevar a cabo.

Este es el motivo que nos ha llevado a elaborar un artículo con toda la información que se debe conocer a la hora de realizar una impugnación de testamento. En él trataremos de dar respuesta a todas las preguntas que los interesados suelen realizarse.

¿Se puede impugnar un testamento hecho ante notario?

Lo habitual es que el documento en el que figura el testamento haya sido redactado por un abogado especialista en herencias a partir de la declaración de las voluntades del testador. Posteriormente, es firmado depositado en el Registro de Últimas Voluntades por parte de un notario, por lo que suele ser difícil que no cumpla con lo previsto en la ley.

Sin embargo, la legislación vigente establece la posibilidad de impugnar una herencia y un testamento. Eso sí, han de darse unas circunstancias muy concretas que el testador no puede controlar.
 

¿Cuándo se puede impugnar un testamento?

En concreto, el Código Civil establece seis supuestos que, en caso de darse, permiten impugnar un testamento. Vamos a verlos:
 

• El testamento ha excluido a un heredero forzoso o legitimario. Es lo que se conoce como preterición. Conviene recordar que cualquier herencia se divide en tres partes: legítima, mejora y libre disposición. Pues bien, el testador no puede privar a sus herederos forzosos (sus hijos, por ejemplo) del tercio legítimo que les corresponde, a no ser que se deba a una causa prevista por el propio Código Civil. En la mayoría de los casos se da cuando nace un hijo del testador después de su fallecimiento.
• Incapacidad. Es posible que, en el momento de realizar testamento, el testador no se encuentre en plena posesión de sus facultades mentales. Si el sujeto que lo quiere impugnar puede demostrarlo, es muy posible que sea invalidado.
• No respetar las cuotas de legítima. Este supuesto está directamente relacionado con el primero. Es posible que el testador haya incluido en ella a todos sus herederos forzosos, pero que no haya hecho el reparto de forma equitativa.
• Desheredación no acorde a la ley. El Código Civil también prevé aquellos supuestos en los que un testador puede desheredar a un heredero forzoso. Sin embargo, hay veces en la que esto se hace de forma unilateral e independiente, lo que es motivo de impugnación.
• Coacción. En caso de que el testador haya realizado testamento tras ser intimidado, engañado o amenazado, el documento carecerá de validez. Además, el sujeto que lo haga estará expuesto a las penas recogidas en el artículo 243 del Código Penal, que regula el delito de extorsión.

Además, es posible que el testamento posea defectos de forma en su redacción y que, por ello, no cumpla con los requisitos formales legalmente establecidos. Esto es especialmente frecuente en el caso de los testamentos ológrafos, que son los redactados por el testador sin intervención previa del notario.
 

¿Cuál es el plazo para impugnar un testamento?

Los herederos tienen un plazo bastante amplio para analizar si les interesa o no impugnar el testamento. En concreto, la ley fija un período de 15 años que empieza a contar desde el momento en el que se produce el fallecimiento del testador o, en su defecto, desde que recibe la copia autorizada del testamento que impugna.
 

¿Cómo impugnar un testamento?

Por su parte, para dar comienzo al proceso de impugnación del testamento es obligatorio presentar una demanda judicial en el Juzgado de Primera Instancia que corresponda según el lugar en el que falleció el testador. Es obligatoria la intervención de un abogado y de un procurador.

Sin duda, la impugnación es especialmente compleja cuando el documento se ha llevado a cabo ante notario, ya que este funcionario público es responsable de velar por prevenir defectos de forma y de analizar las aptitudes del testador. Es decir, de comprobar su capacidad de obrar y de asesorarle convenientemente para evitar que, en el futuro, se produzca la impugnación.

También debemos decir que este es un proceso que suele demorarse durante años y que, por ello, tiene un precio económico bastante alto. Un abogado especializado en herencias puede asesorar al interesado acerca de si realmente le interesa emprender acciones legales o no. A esto hay que sumar el coste emocional que suele suponer, ya que la impugnación conlleva habitualmente un enfrentamiento entre familiares directos.

En definitiva, impugnar un testamento es una posibilidad al alcance de cualquier heredero que sienta que sus derechos han sido vulnerados. Sin embargo, se trata de un proceso judicial largo y costoso que no siempre concluye con la revocación del documento y con un reparto de los bienes más equitativo. Sobre todo, cuando ha sido redactado ante notario y este funcionario se ha ocupado de su tramitación.

Esto es todo. En caso de seguir albergando alguna duda o de querer saber más al respecto, no dude en ponerse en contacto con nosotros.