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Según los últimos datos aportados por el CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), en el año 2020 se tramitaron 95 060 casos de divorcio, separación y petición de nulidad en España. De entre todos ellos, aproximadamente 37 000 acabaron en la vía contenciosa, es decir, sin mutuo acuerdo. Unos datos que revelan una tendencia a la baja por sexto año consecutivo, si bien es cierto que los efectos de la pandemia probablemente se hicieron notar.
Sin embargo, lo que realmente nos interesa aquí es encontrar la diferencia entre separación y divorcio. Dos términos que, de forma muy habitual, se utilizan como sinónimos, pero que no implican lo mismo.
El divorcio
Para entender la diferencia entre divorcio y separación hay que definir bien ambos conceptos. Vamos a empezar hablando del concepto jurídico de divorcio, que es una figura que supone la disolución del vínculo matrimonial. Entra en vigor mediante sentencia judicial (casos tramitados por la vía contenciosa al no haber mutuo acuerdo o cuando hay hijos de por medio) o acta notarial (el llamado divorcio exprés, que exige entendimiento entre las partes).
Al poner fin a la relación matrimonial se disuelve el régimen económico establecido entre las partes, ya fuese de gananciales o de separación de bienes. Esto conlleva también la pérdida de los derechos sucesorios entre los cónyuges y del resto de deberes derivados de la unión, con la excepción de aquellos que hagan referencia a los hijos. Además, una vez que se oficializa el divorcio, ambos pueden volver a contraer matrimonio con otra persona si lo desean.
¿Cómo se inicia el proceso de divorcio?
Hay, como dijimos anteriormente, dos alternativas. El único requisito real es esperar tres meses desde la celebración del matrimonio para solicitarlo (con la excepción de que haya riesgo para la integridad económica, psicológica o física del que inicia la demanda):
- Divorcio de mutuo acuerdo. Es el procedimiento más sencillo. Si la pareja no tiene hijos, puede recurrirse a la fórmula del divorcio exprés ante notario. La pareja solo tiene que pactar un convenio regulador y presentarlo para que sea validado por dicho notario o por el juez en caso de que haya hijos en común. Ambos cónyuges pueden compartir abogado y procurador si quieren.
- Divorcio contencioso. Se da en los casos en los que no hay acuerdo entre los cónyuges. Puede ser iniciado por cualquiera de ellos mediante demanda, la cual ha de incluir una propuesta de convenio regulador. Tras el proceso judicial, será el juez el que determine mediante sentencia las condiciones del fin del matrimonio.
La separación
La separación, en términos jurídicos, hace referencia al fin de la convivencia entre los cónyuges, tras lo cual ambos emprenden vidas independientes. Sin embargo, no pone fin al vínculo matrimonial, por lo que el régimen económico establecido en el momento de la unión sigue vigente.
Pero ¿por qué es necesario solicitar la separación? Muy sencillo. Esto se debe, fundamentalmente, a que si un cónyuge decide marcharse de casa y emprender una vida en solitario el otro podría denunciarle por abandono de hogar, lo que tendría efectos importantes en una posterior demanda de divorcio.
¿Cómo se inicia el proceso de separación?
Hay dos alternativas. En concreto, hablamos de:
- Separación de hecho. Se origina por decisión unilateral de uno de los cónyuges y con mutuo acuerdo. Debe regularse mediante acta notarial las cuestiones económicas y las relaciones con los hijos en común.
- Separación judicial. Es la vía contenciosa. De lo que se trata es de que sea un juez el que determine las condiciones de la separación si los cónyuges no logran entenderse. En este caso, sí se procede a la disolución del régimen económico y al reparto de los bienes.
Divorcio o separación: elementos en común
Antes de centrarnos en resumir la diferencia entre separarse y divorciarse, queremos exponer más claramente cuáles son los elementos en común entre ambas figuras jurídicas. La similitud más evidente es que ambas ponen fin a la convivencia dentro del matrimonio. Además, necesitan determinar cómo será la vida de los cónyuges después en lo que respecta a la guarda y custodia de los hijos, a las pensiones alimenticias, al régimen de visitas, etc. También se suprimen en ambos casos los derechos hereditarios.
Separación o divorcio: principales diferencias
La diferencia más importante radica en el hecho de que el divorcio pone fin a la relación matrimonial, mientras que la separación no. Partiendo de esta base podemos entender el resto:
- Una vez ejecutado el divorcio, los cónyuges están en posición de contraer matrimonio nuevamente con otra persona si así lo consideran oportuno. Con la separación no es así.
- El divorcio disuelve el régimen económico matrimonial. En cambio, la separación produce el mismo efecto que la separación de bienes.
Además, en el caso de la separación, siempre se tiene en cuenta el caso de la reconciliación. Para ello, lo único que hace falta es comunicar al juzgado que han tomado la decisión de volver a convivir en pareja. Esto dejará automáticamente fuera de vigor la sentencia de separación o el acta notarial que produjo sus efectos y reactivará el matrimonio en las mismas condiciones en la que se contrajo. Es decir, ambos cónyuges recuperarán sus derechos y obligaciones en materia de gastos, herencias, hijos, etc.
¿Qué es mejor separación o divorcio? Conclusiones
No podemos decir que una solución sea mejor que la otra ya que todo depende de la situación en la que se encuentre la pareja y de las condiciones que tenga su relación. Por ejemplo, cuando se tiene la certeza de que no se quiere estar con la otra persona, lo mejor es apostar por la fórmula del divorcio ya que eso dará libertad a ambos cónyuges de crear una nueva vida.
En cambio, si se poseen dudas al respecto, no se tiene intención de buscar una nueva pareja y se cree que es posible que la reconciliación en un plazo determinado, la separación es una alternativa más interesante ya que puede revocarse de forma rápida y sencilla. Es cierto que, aunque se haya producido un divorcio, los dos pueden volver a casarse en el futuro, pero es un proceso bastante más complejo.
En definitiva, esperamos haber dejado claro la diferencia entre separación y divorcio para que pueda tomar la decisión que mejor le convenga según su caso. Eso sí, le recomendamos ponerse en manos de un abogado especializado en Derecho de Familia. Gracias a él obtendrá el asesoramiento personalizado que necesita para tomar la decisión adecuada respecto a su relación.
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