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Todos, en algún momento de nuestras vidas, tenemos que hacer frente a la compra, a la venta o al alquiler de una vivienda, ya sea como inversores, como arrendadores o arrendatarios o, simplemente, con el propósito de encontrar un hogar en el que vivir con nuestra familia. Por ello, nunca está de más tener unas nociones básicas sobre Derecho Inmobiliario y sobre cómo afecta a la propiedad de bienes raíces. Aquí vamos a explicarte todo lo que debes saber al respecto, así que presta atención.
¿Qué es el Derecho Inmobiliario?
El Derecho Inmobiliario es, fundamentalmente, el conjunto de reglas, normas y leyes cuya finalidad son los objetos considerados como inmuebles por la legislación civil. Por lo tanto, está destinado a regular y regir el nacimiento, la transmisión, la modificación, la adquisición y la extinción tanto de los derechos de propiedad como de sus desmembraciones, así como los gravámenes e impuestos que debe soportar.
La base sobre la que se fundamenta el Derecho Inmobiliario en España se denomina Ley de Registro Inmobiliario. El propósito de su publicación en el Boletín Oficial del Estado y de su ejecución fue agilizar todos los procesos que hemos citado anteriormente y que, hasta ese momento, eran francamente dificultosos de llevar a cabo. De hecho, pone su grano de arena a la hora de descentralizar el sistema, permitiendo que no sea una única administración pública la que pueda acometerlos. También se concentra en el uso de las nuevas tecnologías y en un más rápido acceso a la justicia.
Sin embargo, hay otros textos jurídicos que también tienen una influencia directa sobre el Derecho Inmobiliario. Este es el caso, por ejemplo, de la Constitución Española, la cual establece el marco jurídico sobre el que se cimienta el derecho de toda persona a disponer de una vivienda digna. Asimismo, aunque en menor medida, hay otras leyes y decretos que también guardan relación, como es el caso de la Ley Hipotecaria.
Por su parte, el órgano estatal en materia de Derecho Inmobiliario es el Registro de la Propiedad. De hecho, es el encargado de hacer efectivo cualquier cambio de titularidad respecto a la propiedad de un inmueble, así como de certificar su estado de alquiler o cualquier otra cuestión. Por lo tanto, aunque no siempre es obligatorio, resulta indispensable para la mayoría de trámites de este tipo.
¿Qué son los bienes raíces?
Todos hemos escuchado alguna vez hablar sobre bienes raíces. Sin embargo, a pesar de la sencillez del concepto y de su definición, no todo el mundo sabe qué son exactamente. En concreto, se trata de propiedades que, por sus características físicas, no pueden desplazarse ni moverse del lugar en el que se encuentran.
Para ser más exactos, las leyes establecen una serie de criterios en función de los cuales se pueden clasificar los bienes inmuebles. En este sentido, hay que distinguir entre:
1. Bienes inmuebles por incorporación. Construcciones de edificios de viviendas, casas unifamiliares, etc.
2. Bienes inmuebles por naturaleza. Hacen referencia a las parcelas, tanto en su suelo como en el subsuelo.
3. Bienes inmuebles por analogía. Este es el caso de las concesiones hipotecarias.
4. Bienes inmobiliarios por representación. Este punto hace referencia a la documentación que acredita la titularidad registral de la vivienda, como es el caso de las escrituras.
5. Bienes inmuebles por accesión. Este es el punto más complejo ya que hace referencia a puntos de acceso de los inmuebles, como pueden ser las puertas y las ventanas. Cuando están desinstaladas, se consideran bienes muebles, mientras que, cuando forman parte de la construcción, son inmuebles.
Por lo tanto, los bienes raíces son todas las propiedades inmobiliarias a las que estamos acostumbrados. Saber esto te permitirá comprender mejor que existe una muy estrecha relación entre ellos y el Derecho Inmobiliario ya que, fundamentalmente, suponen el grueso de la materia sobre la que versa la disciplina.
Relación entre el Derecho Inmobiliario y los Bienes Raíces
El Derecho Inmobiliario, como ya hemos comentado, regula todo lo relacionado con los bienes raíces. Más allá de establecer las normas que regulan el uso de estos en los supuestos que detallamos al comienzo del artículo, también establece la fiscalidad que han de soportar estos. Y es que, como bien sabrás, ser el titular de una vivienda, de un local comercial o de cualquier inmueble de otro tipo conlleva diversas obligaciones tributarias. Estas son las más importantes:
1. El IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles). Se trata de un tributo de carácter directo que se establece en función del avalúo fiscal asignado al inmueble o a su valor catastral. Es aplicado por los propios municipios y se paga una vez al año.
2. El Impuesto sobre el Patrimonio. Se trata de un gravamen cuyo propósito es el de obligar a la tributación de las personas físicas en función de su patrimonio neto.
3. El Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana. Otro impuesto de titularidad municipal cuya finalidad es la de gravar el incremento del valor de un terreno susceptible de ser urbanizado cuando es transmitido. Su cuantía varía de muchos factores, siendo el número de años transcurridos desde el último cambio de titularidad, su valor catastral y su ubicación los más importantes.
4. El IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). Su objetivo, entre muchos otros, es gravar la titularidad de todos aquellos bienes raíces que no producen ingresos y que, además, no son usados por su propietario. Podría decirse, a tenor de esto, que se establece en función del rendimiento del capital inmobiliario, alcanzando la cuantía del 2% del valor catastral. Por su parte, también hay que tener en cuenta, en este sentido, que la plusvalía obtenida tras una venta también queda gravada.
En definitiva, existe una estrecha relación entre el Derecho Inmobiliario y los Bienes Raíces ya que esta disciplina es la encargada de establecer todas las normas relacionadas con las propiedades de este tipo. Además, aunque no directamente, también establece parámetros respecto a la fiscalidad. Esperamos haberte sido de ayuda y que, a partir de ahora, lo tengas todo mucho más claro.
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