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La ruptura de una pareja suele traer incertidumbres y dudas a ambas partes. Pero, especialmente, a aquella que queda en una peor situación económica tras la disolución del matrimonio. Es el caso, por ejemplo, de aquellas mujeres que renuncian a su vida laboral a cambio de cuidar de los hijos de la pareja, aunque hay muchos otros. Por ello, aquí queremos explicar con exactitud qué derechos tengo si me divorcio y no trabajo.
La pensión compensatoria
Sin duda, se trata del elemento más importante que tiene por objetivo equilibrar las finanzas de ambos ex cónyuges una vez que el divorcio se ha hecho efectivo. En concreto, se define la pensión compensatoria como una ayuda económica que la parte más pudiente en términos económicos durante el matrimonio y tras la separación otorga a la más desfavorecida. Su objetivo primordial es el de sufragar los gastos básicos como, por ejemplo, las facturas del agua y de la luz, su alimentación e higiene personal, etc.
Este es uno de los derechos de hombre o mujer separada sin trabajo más importantes por razones obvias. Al fin y al cabo, brinda al cónyuge más desfavorecido una ayuda mediante la cual subsistir y es totalmente compatible con una o varias posibles pensiones de alimentos para los hijos.
Conviene recordar que, si no se pacta de mutuo acuerdo, es el cónyuge desfavorecido el que debe solicitar expresamente al juez su necesidad de obtener una pensión compensatoria que equilibre las finanzas de ambos tras el divorcio. La autoridad judicial podrá desestimarla si:
- El divorcio o separación ha ocasionado un desequilibrio económico a ambos ex cónyuges.
- Ambos cónyuges, tras el divorcio, tienen un nivel económico similar al que poseían mientras estaban casados.
Por tanto, el criterio fundamental está en el que la disolución del matrimonio acarree un desequilibrio económico que perjudique claramente a una de las partes. De no producirse, el juez la denegará automáticamente.
Por su parte, a la hora de determinar la cuantía de la pensión compensatoria, se tendrán en cuenta aspectos como, por ejemplo, la edad del cónyuge desfavorecido, su estado de salud, su cualificación profesional, sus oportunidades de acceso a un empleo, etc.
Además, el juez puede determinar que sea abonada durante un determinado período de tiempo o de manera indefinida. El primer caso es el más común. Lo más habitual es que el derecho a percibir la pensión compensatoria se extinga al encontrar trabajo.
¿Qué sucede en un divorcio con hijos donde la mujer no trabaja?
Evidentemente, cada caso es un mundo y pueden darse una gran variedad de circunstancias como, por ejemplo, que sea el hombre el que se quede con la custodia de los niños o que el juez decrete un régimen de custodia compartida. Sin embargo, en nuestro país, lo más habitual sigue siendo que sean las mujeres las que se hagan cargo de los hijos menores una vez que se produce el divorcio o separación. Además, también suele ser la parte más desprotegida en términos económicos.
Como dijimos antes, la pensión compensatoria es perfectamente compatible con la pensión de alimentos. Hay que tener en cuenta que esta última está destinada a sufragar los gastos generados por los hijos (escolares, sanitarios, etc.), mientras que la otra tiene la función de cubrir las necesidades básicas del progenitor más desfavorecido.
Eso sí, al tratarse de un caso hipotético y que no puede amoldarse a la realidad total, recomendamos que, para responder a la pregunta de si me separo de mi marido a qué tengo derecho, se ponga en contacto con un abogado de familia especializado. Él se encargará de asesorarle detalladamente durante todo el proceso y de proteger sus intereses en la medida de lo posible.
Entonces ¿si me separo de mi pareja a qué tengo derecho?
Dependerá de muchos factores. Entre ellos, los más importantes son si va a ser usted el progenitor que se quede con la custodia de los niños y de su situación económica tras el divorcio, que generalmente irá asociada directamente con la función que desempeñó dentro del matrimonio mientras aún estaban casados.
En el “mejor” de los casos (usamos las comillas ya que resultar la parte desfavorecida económicamente de una separación o divorcio nunca tiene ventajas), podrá disfrutar de una pensión compensatoria que le ayude con sus gastos básicos, de las pensiones de alimentos que correspondan a sus hijos y, en determinadas situaciones, del uso y disfrute de la vivienda familiar.
En definitiva, ninguna separación o divorcio es un momento agradable para cualquiera de los cónyuges. Sin embargo, hay ocasiones en las que la convivencia es imposible y lo mejor es que cada uno emprenda su propio camino. Por ello, llegado el momento, es conveniente conocer cuáles son nuestros derechos y disponer de los servicios de un abogado especializado en familia y divorcio que los proteja y los defienda.
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