Divorcio de mutuo acuerdo vs. divorcio contencioso, diferencias clave

Casi siempre, un divorcio es un proceso difícil a nivel emocional. Especialmente, si hay hijos de por medio. Sin embargo, puede llevarse a cabo de forma rápida y sencilla o de manera larga y traumática. Todo depende, fundamentalmente, de si ambos cónyuges están de acuerdo en separar sus caminos o no.

Esta es la razón por la que aquí hemos creído conveniente analizar las diferencias entre un divorcio de mutuo acuerdo y un divorcio contencioso. Estamos convencidos de que, al final, quedará claro que siempre es mejor que ambas partes muestren predisposición.
 

Principales diferencias entre divorcio de mutuo acuerdo y divorcio contencioso

En primer lugar, hay que aclarar que un divorcio de mutuo acuerdo es aquel que se lleva a cabo con el beneplácito de ambos cónyuges. En cambio, cuando hablamos de un divorcio contencioso hacemos referencia a la situación en la que uno de ellos no desea romper el vínculo matrimonial o no está conforme con el convenio regulador que propone la otra parte, por lo que tendrá que ser un juez el que fije las condiciones.

En cualquier caso, conviene recordar que la mera voluntad de divorciarse de una de las partes es suficiente para que el proceso se lleve a cabo y finalice. Sin embargo, cuando se inicia un procedimiento contencioso, se prolongará mucho más.

Duración

Este es el primer factor a tener en cuenta. Cuando se realiza de mutuo acuerdo, el proceso de divorcio no suele demorarse más de dos o tres meses. En cambio, si se recurre a la vía judicial, puede prolongarse durante varios años. Especialmente, si no de los cónyuges se empeña en apelar las decisiones del juez hasta sus últimas consecuencias. Esto también depende de la saturación de trabajo que sufra el juzgado.

Precio

Como es obvio, la dilatación del proceso tiene consecuencias económicas importantes. El divorcio o separación de mutuo acuerdo suele tener un precio bastante reducido, ya que ambos cónyuges pueden incluso compartir abogado. Él será el responsable de redactar el convenio regulador que determine las condiciones de la situación de la pareja en el futuro.

En cambio, cuando se opta por la vía contenciosa, cada uno de los cónyuges tiene que contratar su propio abogado. Es más, también es necesario el abono de los honorarios de un procurador, informes psicológicos y otros elementos de prueba.

Conviene recordar, llegados a este punto, que no existe la separación amistosa sin abogado. Para que la ruptura definitiva del vínculo se produzca es indispensable contar con esta figura legal, aunque sea de forma compartida entre ambos. También será necesario recurrir a un notario que dé fe de la decisión de la pareja.
 

Documentación

Los procesos de divorcio contencioso exigen a los cónyuges reunir una gran cantidad de documentos. Es el caso, por ejemplo, de:

• Préstamos contraídos por la pareja.
• Nóminas que demuestren los ingresos de cada cónyuge.
• Escrituras de propiedades adquiridas o contratos de alquiler.
• Contratos de trabajo.
• Facturas de servicios requeridos por los hijos.
• Etc.
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Evidentemente, reunir toda esta documentación y presentarla en el juzgado es un proceso que requiere tiempo. Es más, su posterior análisis también demorará el proceso de preparación del juicio. Aspectos negativos que no se producen cuando hay mutuo acuerdo.

Juez o notario

Todos hemos escuchado hablar en alguna ocasión de los “divorcios exprés”. Esta denominación hace referencia a la celeridad con la que se lleva a cabo el proceso de disolución del matrimonio, la cual se debe a que no hace falta pasar por el juzgado. Un abogado compartido y un notario son suficientes para su realización.

Eso sí, los divorcios exprés, que solo pueden darse de mutuo acuerdo, requieren el cumplimiento de una serie de requisitos. El más importante de ellos es que la pareja no tenga hijos en común. Si los posee, aunque exista acuerdo entre ambos cónyuges, será indispensable que pasen por los tribunales. Al fin y al cabo, es necesaria la figura del juez para preservar los derechos de los menores a cargo.

La decisión más inteligente

Más allá de todo lo que acabamos de decir, la decisión más inteligente en la inmensa mayoría de los casos pasa por llegar a un acuerdo. De hecho, nuestra experiencia nos dice que el grado de satisfacción con las condiciones del convenio regulador siempre es mucho mayor cuando se produce que cuando se recurre a la vía contenciosa.
Al fin y al cabo, dichas condiciones habrán sido establecidas tras la negociación de la pareja. Fruto de ella se determinará el régimen de visitas, la guardia y custodia de los menores, el uso de la vivienda familiar y, en general, cualquier otro aspecto que rija el divorcio. No es lo mismo que el convenio regulador lo fijen los propios cónyuges que un “desconocido” como es un juez.

Por este motivo, nosotros siempre recomendamos apostar por el divorcio de mutuo acuerdo, aunque a sabiendas de que no siempre es posible. Por ello, nunca está de más contar con los servicios de un buen abogado de divorcio.