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Un divorcio, en muchos casos, es una experiencia desoladoras para, al menos, una de las partes implicadas. Sin embargo, para ambos o para una de ellas suele ser también un acontecimiento liberador. Lo que queda claro es que, cuando se llega a la situación en la que la convivencia es imposible, supone prácticamente la única opción para que los dos puedan continuar con su vida.
Una de las preguntas más habituales dentro de los despachos de abogados está relacionada con los trámites que se deben llevar a cabo para iniciar el proceso de divorcio. En Elías y Muñoz como abogados expertos en derecho familiar, en este artículo vamos a centrarnos en esa cuestión y le explicaremos cuáles son exactamente los imprescindibles en cada tipo de divorcio existente.
El divorcio amistoso o de mutuo acuerdo
Esta figura existe desde los orígenes de la Ley del Divorcio. Sin embargo, no fue hasta la modificación del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil llevada a cabo el 23 de julio del año 2015, la cual fue introducida por la Ley de Jurisdicción Voluntaria, por la cual este proceso se puede tramitar de forma extrajudicial ante la figura de un notario. Evidentemente, también es posible realizarlo por la convencional vía judicial, aunque suele ser un proceso más largo y que acaba en el mismo punto.
Trámites necesarios para un divorcio extrajudicial ante notario
Esta vía solo es accesible en el supuesto de que exista acuerdo entre ambos cónyuges y en el caso de que no tengan hijos menores de edad que no se encuentren emancipados del domicilio familiar. Tampoco es posible acogerse a ella si los niños han visto modificadas sus capacidades judicialmente.
Se trata, sin duda, de la vía más económica y rápida de todas. El otro requisito adicional, que es indispensable en todos los casos en los que no existan denuncias por violencia de género, es que hayan transcurrido, al menos, tres meses desde el momento en el que se contrajo matrimonio.
Lo que hay que hacer es acudir a un notario para otorgarle una escritura pública en la que debe aparecer claramente reflejada la voluntad de ambos de divorciarse. Cada uno de los cónyuges debe asistir junto a letrado que le asesore de forma personal.
Dentro del documento de escritura pública, según lo dictado en el artículo 90 del Código Civil, debe aparecer claramente especificado cuál será la contribución de cada cónyuge en cuanto a las cargas familiares, las posibles pensiones compensatorias y de alimentos y a quién corresponde el uso de la vivienda familiar.
Trámites necesarios para un divorcio judicial de mutuo acuerdo
También es un procedimiento sencillo, rápido y económico, aunque no tanto como el anterior. Para iniciarlo basta con presentar, en el juzgado que corresponda en función del último domicilio familiar de la pareja, una demanda de divorcio y un documento que refleje el convenio regulador que regirá el divorcio y la posterior situación de ambos. En este sentido, la legislación actual permite que ambos sean representados por un mismo abogado y un único procurador, lo que supone un gran abaratamiento de los costes.
El divorcio contencioso
Este tipo de divorcio se da cuando no existe acuerdo entre las partes. Este es el motivo por el que se da inicio mediante la presentación de una demanda por parte de solo uno de los cónyuges. Evidentemente, esto impide que haya un convenio regulador. Esto no quiere decir que no deban indicarse las medidas que se solicitan sobre la guarda y custodia de los menores a cargo, las pensiones alimenticias y compensatorias que correspondan, el régimen de visitas que se desea pacta y el uso de la vivienda familiar. En cualquier caso, será el juez el que determine cuáles y cómo se harán efectivas mediante sentencia.
El procedimiento de divorcio contencioso
Este proceso es más largo y costoso. Sin embargo, debe tener la certeza de que, aunque una de las partes se oponga, mientras una de ellas lo desee, el resultado siempre será el de divorcio. Lo único que variará es la cantidad de tiempo y dinero que se haya necesitado invertir.
La siguiente fase posterior a la presentación de la demanda de divorcio será el inicio del trámite verbal. En este sentido, el cónyuge demandado deberá contestar la propuesta de régimen elaborada por el otro en una vista en la que ambos deberán aparecer representados por sus propios abogados y procuradores. En caso de que existan hijos menores de edad, el Ministerio Fiscal también tendrá que formar parte del proceso para garantizar sus derechos.
Una vez superado este trámite, el juez dictará sentencia y, a no ser que haya recurso, la enviará para que quede constancia de ella en el Registro Civil y determinará la forma en la que deberán ponerse en práctica las medidas determinadas. En el supuesto de que uno de los dos cónyuges sea empresario, también deberá mandarla al Registro de la Propiedad o, en su defecto, al Registro Mercantil.
Ha de saber, llegado a este punto, que los diversos aspectos y acuerdos reflejados en la sentencia se pueden modificar en el futuro por vía judicial. Esto está contemplado en el artículo 775 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. En concreto, hace referencia a que podrá realizarse cuando las circunstancias que dieron origen al convenio regulador original se hayan visto alteradas sustancialmente.
¿Es posible pasar del divorcio amistoso al contencioso y viceversa?
La respuesta es que sí. Y es que un divorcio iniciado por vía contenciosa puede acabar siendo amistoso siempre que las partes lleguen a un acuerdo respecto al convenio regulador que regirá la separación durante el transcurso del proceso. De igual modo, uno que empiece siendo amistoso puede acabar siendo contencioso si, en mitad de dicho proceso, surgen nuevas discrepancias o uno de los cónyuges cree que sus derechos están siendo menoscabados.
Respecto a este último caso, el divorcio de mutuo acuerdo puede convertirse en contencioso hasta el último momento. Y es que ambos cónyuges tienen el derecho de no ratificar ante el notario o ante el juzgado la demanda y el convenio regulador que, previamente, habían acordado. En este tipo de casos, el caso queda archivado y cualquiera de las partes deberá presentar una nueva demanda de divorcio en las condiciones que especificamos anteriormente.
Conclusiones
En definitiva, un divorcio de mutuo acuerdo, ya sea judicial o extrajudicial, siempre va a suponer un proceso más económico y rápido que uno contencioso. Además, también resultará mucho menos traumático para los cónyuges y para los hijos en caso de que los haya. Este es el motivo por el que los despachos de abogados siempre recomiendan agotar las posibilidades de entendimiento antes de presentar la demanda en el juzgado.
Sin embargo, no siempre es posible. Incluso la parte demandada tiene el derecho de recurrir hasta llegar a la Audiencia Provincial que corresponda a su lugar de residencia. Esto encarecería aún más el proceso y lo dilataría en el tiempo. Pero, en cualquier caso, debe tener siempre presente que si una de las dos partes está decidida a obtener el divorcio, lo acabará consiguiendo. Y es que la ley da prioridad al hecho de permitir que un sujeto no conviva con alguien que no desea por encima de cualquier otro aspecto legal.
Si tiene alguna duda o esta pensando en iniciar el trámite de su divorcio y no sabe por que via actuar o que es lo mas le conviene, no dude en ponerse en contacto con nosotros, estaremos encantados de ayudarle.
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