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Una notificación judicial es un acto procesal mediante el cual un juez pone en conocimiento de una persona una determinada información. Generalmente, se trata de una orden, resolución o situación. Pero ¿qué pasa si el juzgado no me localiza y, por tanto, no puede hacerme entrega de ella? Sin duda, una pregunta muy interesante a la que vamos a dar respuesta a continuación.
Notificación, citación y requerimiento
Como hemos comentado en la introducción de este artículo, una notificación es un documento por escrito cuya función es dar una noticia a una persona. Generalmente, tiene que ver con una resolución adoptada.
Cuando hablamos de notificación judicial, a lo que hacemos referencia es a que ha sido emitida por un juzgado. Sin embargo, también puede ser realiza por un órgano administrativo (la Agencia Tributaria, el ayuntamiento del municipio, el Instituto Nacional de la Seguridad Social...).
El problema está en que, en muchos casos, tendemos a confundir los conceptos de notificación, emplazamiento y requerimiento. Aquí vamos a definirlos para que no quede ninguna duda:
- Emplazamiento. En este caso, el juzgado cita a un sujeto para que, en un determinado lapso de tiempo, se persona en su sede para realizar una determinada actuación. Por ejemplo, para que nombre a un procurador. También se conoce como citación judicial.
- Requerimiento. Mediante este escrito el juzgado insta a una persona a que realice una acción o, por el contrario, que se abstenga de hacerla. Por ejemplo, para que pague una multa.
¿Qué pasa si no se puede notificar a una persona?
Las notificaciones judiciales son piezas claves en el funcionamiento de la justicia. Esto se debe, fundamentalmente, a que establecen una cadena de responsabilidad entre el receptor y el emisor. Sin embargo, hay ocasiones en las que es imposible hacerlas llegar. Sería el caso, por ejemplo, de alguien que no tiene actualizada la dirección de su domicilio.
La sentencia en ausencia
Muchas personas creen que si no reciben una notificación verán eludidas las responsabilidades judiciales asociadas a ella. Sin embargo, están profundamente equivocadas. De hecho, el tribunal puede dictar sentencia aunque el sujeto en cuestión no haya comparecido.
Este tipo de dictámenes reciben el nombre de “sentencias en ausencia” y tienen la misma fuerza que cualquier otra. Es decir, su cumplimiento será obligatorio. Para ello, tras pasar el día de la citación sin que el acusado haya acudido a la llamada, continuará el juicio sin que este pueda articular su defensa.
Vamos a poner un ejemplo. Imaginemos a una mujer que denuncia a su ex marido porque lleva un año sin pagarle la manutención del hijo que tienen en común. Tras presentar la denuncia, el hombre no recibe la notificación por haber cambiado de domicilio recientemente, pero no haber cambiado su información de empadronamiento.
Tras haber seguido el procedimiento de notificación previsto por la ley, el juicio se celebrará sin que él esté presente. Es más, el juez le condenará a hacer frente al pago e impondrá todas las medidas que estime oportunas para localizarle y obligarle a saldar la deuda.
En casos extremos, el juez puede considerar al acusado en rebeldía. Esto podría sumar un delito de desobediencia a la condena. Conviene recordar que no acudir a una citación judicial sin justificación si se está obligado a ello puede conllevar una multa de entre 200 y 5000 euros.
¿Qué pasa si no recojo una notificación de juzgado?
También hay personas que reciben una citación judicial por correo o cualquier otro tipo de notificación o requerimiento y se niegan a recogerla. No olvidemos que este tipo de documentos se envían mediante mensajes certificados o sistemas similares, para los cuales la persona que los recibe debe aportar su DNI y nombre.
Esto es un grave error. Generalmente, quienes hacen esto tienen el objetivo de detener o retrasar el proceso judicial, pero no es así. Ya hemos visto anteriormente que los jueces están capacitados para dictar sentencias en ausencia y en rebeldía.
Esta es la razón por la que siempre se debe recoger las notificaciones judiciales. De hecho, es más fácil encontrar algún argumento para presentar una apelación o recurso que le permita ganar tiempo que, simplemente, hacer oídos sordos.
¿Y si no la entiendo?
Hay veces en las que es difícil entender qué nos pide el juzgado a través de la notificación. Al fin y al cabo, suele emplear un lenguaje legal que no está al alcance de muchas personas.
En este tipo de situaciones, lo mejor que se puede hacer es contactar con un abogado que nos lo explique y, además, nos brinde el asesoramiento que necesitamos para actuar de la mejor manera para defender nuestros intereses.
En definitiva, esto es lo que sucede si el juzgado no logra localizarle. Esperamos haberle hecho comprender la importancia que tiene que recoja sus notificaciones y que no les haga caso omiso.
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